05 junio 2007

En tren a ningún lado con un ghanés chapita y el genio de Sábato.

Postes en lugares inoportunos o
la política urbana catalana contra la contaminación visual

El otro día tuve que ir a trabajar a un pueblo de Tarragona. Son unas dos horas y media de Barcelona en tren pero, gracias a mis amigos de la RENFE, el periplo tardó 4hs de ida por una avería en el tren y otras 4hs de vuelta porque un pobre infeliz decidió cruzar la vía en moto justo cuando pasaba el tren. A mi me gusta mucho viajar en tren (all right, but 8h on a train that wasn’t going anywhere was maybe pushing it a little bit), disfruto viendo la vida pasar por la ventanilla.
Leo, escucho música o, cuando me toca gente interesante sentada al lado, suelen darse conversaciones de lo más variadas y entretenidas. A la ida charlé con mis compañeros de asiento, tres senegaleses que iban a vender a la playa y a la vuelta con un pakistaní que parecía considerar su vida como si fuese siguiendo los pasos en un manual de instrucciones, descartando completamente todo suceso inesperado, toda sorpresa. Del otro lado del pasillo había un ghanés que estaba un poco limado con quien comentábamos la importancia de mirar para ambos lados antes de cruzar las vías. Una y otra vez… y otra vez… y otra vez…

Ayer me estrellé contra un poste andando en rollers (¿sabían que los postes de Barcelona tienen un tratamiento con una pintura rugosa para que los carteles no se adhieran? Yo lo averigüé ayer, en CARNE PROPIA) y quedé toda raspada y moretoneada. Hoy lunes es feriado y no me puedo mover. Y como terminé de leer un fantástico libro: El escritor y sus fantasmas de E. Sábato, aprovecho mi estado de semi inmovilidad para compartir algunos pasajes del libro con quien quiera leer:

“El racionalismo pretendió escindir las diferentes “partes” del alma: la razón, la emoción y la voluntad (…) y pretendió que el conocimiento sólo podía obtenerse por medio de la razón pura. Como la razón es universal, como para todo el mundo y en cualquier época el cuadrado de la hipotenusa es igual a la suma de los cuadrados de los catetos, como lo válido para todos parecía ser sinónimo de La Verdad, entonces lo individual era lo falso por excelencia. Y así se desacreditó lo subjetivo, así se desprestigió lo emocional y el hombre concreto fue guillotinado (muchas veces en la plaza pública) en nombre de la Objetividad, la Universalidad y la Verdad…”

Dice, hablando de los personajes creados por escritores de novelas:”nadie puede crear un personaje más grande que él mismo, y si lo toma de la historia, lo bajará hasta su propio nivel. (…) Al revés, modestos seres son levantados hasta la estatura de sus grandes creadores. Es probable que Laura y Beatrice hayan sido mujeres triviales: pero ya nunca lo sabremos pues las que conocemos fueron levantadas hasta la cumbre de Petrarca y de Dante. El poeta hace con sus mujeres lo que en escala humilde hace todo enamorado con su amada,”

“El pueblo de hoy no es esa fresca y virginal fuente de toda sabiduría y de toda belleza que imaginan ciertos estéticos del populismo, sino el alumnado de una pésima universidad, envenenado por el folletín de la historieta o la fotonovela, por un cine para oficinistas y por una retórica para chicas semianalfabetos y cursis. (…) Y así llegamos a otra conclusión que podría parecer paradojal. Y es que en nuestro tiempo, sólo los grandes e insobornables artistas son los herederos del mito y de la magia, son los que guardan en el cofre de su noche y de su imaginación aquella reserva básica del ser humano, a través de estos siglos de bárbara enajenación que soportamos.”

“Vivimos revolcaos en un merengue, en el mismo lodo, todos manoseaos”

Dice, citando a Sartre “el mundo de las cosas es el mundo del determinismo y cosificar a un hombre es arrebatarle su libertad. El ser humano resulta así una ambigua y dramática lucha entre la determinación del universo físico y la libertad de la conciencia.”

“Si la vida es libertad dentro de una situación, la vida de un personaje novelístico es doblemente libre pues permite al autor ensayar, misteriosamente, otros destinos.”

“El arte, como el sueño, incursa en los territorios arcaicos de la raza humana y, por lo tanto, puede ser el instrumento para rescatar aquella integridad perdida.”

“El arte, como el amor y la amistad, no existe en el hombre sino entre hombres”

“Cada uno invoca lo que no tiene y si Sócrates invoca la Razón es porque precisamente la necesita como defensa contra las temibles potencias de su inconsciente. Y si Platón la instituye luego como instrumento de la Verdad es porque desconfía de sus propias emociones de poeta. (…) Sócrates inventó la Razón porque era un insensato y Platón repudió el arte porque era un poeta. (…) Hecho que simplemente muestra que la lógica no funciona ni para sus inventores.”

“Los hombres escriben ficciones porque están encarnados, porque son imperfectos. Un Dios no escribe novelas.”

1 comentario:

Anónimo dijo...

UAU! leer, de vez en cuando, a Sábato, con su profundidad, es bueno ante tanta superficialidad cotidiana. El problema es que tanta profundidad convirtió a Sábato en un terrible pesimista, pobre.
Coincido plenamente con su apreciación acerca de los artistas, ellos tienen "otra" riqueza! y como decía Pinti: "todos pasan ... solo quedan los artistas"