20 marzo 2007

Teogonía azteca imaginaria

Quetzalcoatl concibe los tres aspectos del tiempo simultáneamente. Su aliento de vida es el pasado, el presente y el futuro. Es el momento donde todo está sucediendo, donde lo que comienza ya ha terminado y donde la noche y el día coexisten en una danza celestial del Sol y la Luna.
Su esposa, Tenanti, sueña el sueño de la eternidad. La Madre del Mundo, creadora de los ciclos, duerme y su sueño es el tiempo.
Nunca ambos comparten el lecho. Ella sueña vida, Él exhala tiempo. Sus respiraciones son el ritmo perfecto, aquella red invisible que todo lo ordena.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Muchas veces intenté entender un concepto del tiempo distinto al nuestro, al lineal. No pude. Siempre pensé que si pudiera, entendería muchas cosas más.