Fin de semana agreste

Para festejar el cumple de un amigo, nos fuimos a la casa que se está construyendo en un pueblo que se llama Tordera, en Cataluña. Éramos 12 y nos repartimos en 3 autos.

La casa... en realidad, la que va a ser la casa, es, por ahora, un montón de chapas y herramientas juntas. Como dijo uno por ahí, parecía la casa de un asesino serial.

Nos vinieron a recibir los 22 perros del vecino que, los pobrecitos, habían salido muy desfavorecidos en la repartija de cuerpos y eran uno más deforme que el otro. Luego de esta imagen bastante fellinesca, nos dirijimos hacia el mercado a abastecernos de víveres.

En el mercado se encuentran desde tangas de leopardo hasta chirimoyas, queso manchego, ungüentos milagrosos, aceitunas negras o tés afrodisíacos. Genial.

Compramos kilos y kilos de frutas y verduras (la carne ya la habían comprado en el Mercado de la Boquería de Barcelona pero a mí no me interesaba demasiado), unos cuantos vinos, pan y yo, por supuesto, mi infaltable queso. Esta vez, uno de cabra exquisito.

La troupe se dirigió nuevamente a la casa de Misery y pusimos (dijo el mosquito) una seguidilla de parrillas. Acá no son grandes como en Arg., son chiquitas y no entra nada asique son necesarias varias.

Lo mejor de todo fue que la comida se fue preparando mientras yo, sentada a la sombra de un árbol, reflexionaba sobre la condición humana (???)

Menu:

• - carne (ni idea, ya los expertos argentinos se ocuparon del tema, lo cual no es mi caso)
• - berenjenas, pimientos, alcachofas (a.k.a alcauciles), cebollas normales, cebollas raras, rovellones (unos hongos de la zona), tomates...
• - pan con tomate y ajo (o "pan catalán por excelencia": sobre una rodaja de pan, se pone un chorrito de aceite de oliva y se frota con ajo y tomate, no es de mi devoción pero es lo más tradicional que podés comer)
• - alliolli (salsa fuertísima a base de ajo, aceite de oliva y 1542 yemas de huevo) una bomba atómica
• - y chimichurri!! que los chicos se habían encargado de preparar.

Quedamos todos "de la panza" y, para colmo, faltaba la torta de chocolate con sus velitas (40 tacos!!). No faltó el gallego que cantaba tangos, la argentina que intentaba bailar flamenco (yo), todos cantando a coro, una pelota que daba vueltas por ahí de la cual se encargaba el inglés presente (curiosamente, de los 4 hombres argentinos, NINGUNO jugaba al fútbol! qué deshonrra...) .

Después nos volvimos a subir todos a los autos y nos fuimos a Blanes, pueblo de la Costa Brava, mas cerca de Francia. Dimos unas vueltas, pero, como ya todos nos dormíamos con tanta comida, la falta de siesta y las fiestas de la noche anterior, volvimos a Barcelona.

Muy buen domingo entre amigos.

Ahora necesito otro domingo para reponerme del domingo.