Descartes

I couldn't breathe
My heart was beating extremely fast
I dropped my coins.
Paris m'accueillait con su sonrisa de pocos amigos y esa tan poco hospitalaria actitud.
J'étais ravie.
Mi cabeza instantáneamente empieza a pensar en diferentes códigos; se agregan las claves de sol, fusas y corcheas a mis ya desordenadas alphas, betas y sigmas.
En ese desorden mental, cada sensación tiene su lugar. Se me llenan los ojos de lágrimas, incluso una se atreve a correr por mi mejilla.

Pensaba en las opciones de la vida, en que, a la hora de decidirse, se barajan miles de variables, de las más básicas a las más complejas. Pero que, finalmente, uno (o yo) se termina (termino) definiendo, haciendo caso omiso a todas ellas y guiada por los reflejos más elementales. Es siempre tanto lo que "no se elige", lo que queda afuera, que a veces me pregunto cómo, en algún momento, se me planteó como posibilidad en la bandeja de opciones.
¿Adónde se van las cartas no elegidas?, ¿se quedan en el maso para la próxima partida oquedan definitivamente descartadas del juego?, ¿y si cuando empezás a jugar, querés cambiar de cartas y volver a repartir, vale?, ¿y si uno "cantó" antes de empezar?
Hay veces que las cartas están dadas y no se puede volver a repartir. Viene una ráfaga de viento y hace volar todas las restantes por el aire, hay algunas que incluso, llegan a parar a la tranquila superficie de un lago...
Trying to make the most out of it es no arrepentirse, porque en el momento de la elección, la elegida era la mejor, quizás la única...
¿Seremos realmente presos de nuestras elecciones?

Me tomé el tren azul. Tenía un largo viaje por delante antes de dejar París. Esta vez, las lágrimas no se asomaron tímidas, como pidiendo permiso. Ahora brotaron todas juntas nublando el paisaje de la ventanilla.
"Votre sourire était plus joli tout a l'heure", me dijo uno al bajarse.